Cada entidad integra una media de 26 personas voluntarias, cifra que varía en función del tamaño de las entidades y del volumen de su actividad, si bien en aquellas que disponen de mayores ingresos, el voluntariado representa menos de un tercio del total de personas colaboradoras. En las entidades con ingresos más reducidos, la participación voluntaria se incrementa hasta alcanzar el 88,3%, ya que la falta de recursos económicos obliga a apoyarse en la colaboración desinteresada, que es cubierta en ocho de cada diez entidades con algún tipo de seguro. Asimismo, siete de cada diez reembolsa los gastos derivados del desempeño de su labor.
Aunque en el TSAS colaboran en torno a 873.171 personas voluntarias, la mayor parte se concentra en entidades pertenecientes al ámbito de la promoción de Derechos Humanos y Participación. Por el contrario, en el campo de la Integración se observa un mayor nivel de profesionalización, pues predomina la colaboración remunerada. En entidades de Acción Social, la cifra de voluntarios supone el 56,2% del total.
Entre las diversas actividades en las que participan los voluntarios, a las que dedican una media de cinco horas semanales, sus principales ocupaciones son la atención directa a los beneficiarios y la sensibilización y organización de campañas. Además, en el 63,5% de las entidades los voluntarios participan en procesos organizativos.
La feminización del voluntariado
El voluntariado del TSAS es predominantemente femenino (63,1%) y joven (el 42,6% se encuentra entre los 18 y los 35 años), aunque también destaca el volumen de personas de más de 65 años. Predominan los voluntarios jóvenes en entidades de Acción Social (43,7%) e Integración (49,6%), mientras que los de más de 56 años son mayoritarios en el ámbito Socio-sanitario.Asimismo, cuatro de cada diez entidades cuentan con colaboradores voluntarios con discapacidad, una elevada proporción que obedece a la naturaleza de la actividad de estas.
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